LA DEPRESION JUVENIL Y FORMAS DE AFRONTAMIETO


  

UNIVERSIDAD DE CUENCA

Facultad de Psicología

Asignatura: 

PSICOLOGIA SOCIAL 

Nombre: 

Guamán Álvarez Willian Guaman  

Docente: 

Mgt. Marco Muñoz 

Ciclo: 

Sexto Ciclo G4 

Actividad: 

Examen Final

Periodo: 

Marzo 2021- agosto 2021







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LA DEPRESION JUVENIL Y FORMAS DE AFRONTAMIETO

La depresión en adolescentes es un problema de salud mental grave que provoca un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades. Afecta la manera en que tu hijo adolescente piensa, se siente y se comporta, y puede provocar problemas emocionales, funcionales y físicos. Aunque la depresión puede ocurrir en cualquier momento de la vida, los síntomas entre los adolescentes y los adultos pueden ser diferentes. Algunos problemas como la presión de sus compañeros, las expectativas académicas y los cuerpos que cambian pueden ocasionar muchos altibajos en los adolescentes. Sin embargo, para algunos adolescentes, estar deprimido es mucho más que solo sentimientos temporales, sino que es un síntoma de depresión.

La depresión en adolescentes no es una debilidad o algo que se pueda superar con fuerza de voluntad, puede tener consecuencias graves y requiere tratamientos a largo plazo. Para la mayoría de los adolescentes, los síntomas de depresión se calman con tratamientos como medicamentos y terapia psicológica. La depresión (trastorno depresivo grave) es una enfermedad que puede interferir con la capacidad para hacer las actividades diarias, como dormir, comer o manejar el trabajo escolar. La depresión es común, pero eso no significa que no sea grave. Es posible que se necesite un tratamiento para que la persona se sienta mejor. La depresión puede darse a cualquier edad, pero a menudo los síntomas comienzan en la adolescencia o a los 20 o los 30 años. Puede ocurrir junto con otros problemas mentales, el abuso de sustancias y otros problemas de salud.

Según el informe elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), titulado Health for theword´s adolescents, la depresión es la principal causa de enfermedad y discapacidad entre los adolescentes de ambos sexos de edades comprendidas entre los 10 y los 19 años. Las tres principales causas de mortalidad entre los adolescentes a nivel mundial son los traumatismos causados por tránsito, el VIH/sida y el suicidio. Se estima que en 2012 fallecieron 1,3 millones de adolescentes en todo el mundo.

La depresión puede cambiar la forma como los adolescentes se ven a sí mismos y a sus vidas, así como las personas en torno a ellos. Los adolescentes con depresión por lo general ven todo más negativamente y son incapaces de imaginar que cualquier problema o situación se puede resolver de un modo positivo. Por desgracia, el divorcio o separación de los padres afecta de forma negativa a los hijos, generalmente, las reacciones más comunes en esta etapa son: por un lado, una madurez acelerada, es decir, el adolescente adopta el papel del progenitor ausente, aceptando sus responsabilidades; y por el otro, una conducta antisocial: no acata ni acepta las normas, desobedece, consume alcohol y drogas, etc. (Xavier Moñux, 2000).

 De acuerdo a la UNICEF (2006), los adolescentes que buscan afecto muestran el síndrome de carencia materna, “de privación sensoroemocional” de frustración temprana, por la separación familiar. El rasgo común de todos a punta a los problemas que se producen en el desarrollo de la personalidad de los menores, por la ausencia temprana de estímulos afectivos, emocionales y sensoriales. Estos problemas o dificultades marcan relación con la edad cuando se produce la ruptura familiar, con el nivel de organización psicológica que ha alcanzado el menor, con la historia personal de cada uno de ellos. 

Ante esta situación en países como Brasil, Colombia; Chile y Bolivia, existen instancias específicas gubernamentales y no gubernamentales, entre estas últimas UNICEF, que se ocupan de la protección del menor y el adolescente, cada uno con sus diversos programas especiales. Lo cierto es que estos organismos sólo llevan a cabo tareas de asistencia social como paliativo. Habrá que agregar que la asistencia mencionada no cubre todos los requerimientos de ayuda necesarios, solamente un porcentaje mínimo, tampoco llegan a todos los rincones 3 de un país, por lo que esta ayuda no resuelve las necesidades del menor para poder desarrollarse como ser humano integrarle.

 El tema de la separación (divorcio o separación) de los padres, es un problema de índole social de alto riesgo en la calidad de vida para el desarrollo de los adolescentes, pues se ha observado que este actuar no solo afecta a la pareja como tal sino también a los hijos, ya que dentro de estos se generan conflictos emocionales que influyen en el desarrollo de sus actividades, el rendimiento escolar, desmotivación, irritabilidad, y otros. El matrimonio es una institución cada vez menos permanente en la sociedad puesto que el índice de divorcios ha aumentado considerablemente. En el país durante el año 2012, se registraron 595 mil 713 matrimonios y 70 mil 184 divorcios; con respecto a 2005 los primeros disminuyeron y los segundos presentan una tendencia en aumento. En 2005, por cada 100 enlaces realizados en el país hubo 11.8 divorcios (INEGI). Autores como Cantón (2002) citan a algunos teóricos como Amato y Keith, quienes mencionan que el divorcio de la pareja resulta difícil para los hijos, ya que se enfrentan a una serie de desafíos estresantes y adaptativos, los cuales suelen presentar depresión, ansiedad y retraimiento social. Los efectos del divorcio suelen ser traumáticos para ellos, ya que es prácticamente imposible que no expresen conflicto ante él. En el caso del adolescente, este proceso no deja de ser doloroso, ya que la ruptura del matrimonio constituye una perdida más para él, pues no solo se enfrenta a cambios típicos de la adolescencia sino también de tipo familiar.

En general los estados de ánimo negativos, especialmente si son intensos y/ o prolongados, hacen al individuo más vulnerable a diversas enfermedades infecciosas, incrementan la percepción y reporte de síntomas, disminuyen la disposición a buscar atención médica oportuna, inducen conductas no saludables como fumar e ingerir alcohol y pueden afectar tanto la recepción como la percepción de apoyo social (Barra, 2003). Esto permitiría explicar el hecho que el pesimismo y el ánimo depresivo se asocien con un mayor efecto negativo del estrés sobre la salud (Treharne, Lyons & Tupling, 2001). Y respecto al apoyo social, se considera que el sentimiento de ser apreciado por otras personas y de pertenecer a una red social puede tener efecto en el bienestar y la salud, ya sea directamente o a través de otros procesos psicológicos. 

El apoyo social puede ser especialmente importante en momentos de estrés, influyendo de modo benéfico tanto en la valoración como en el afrontamiento de las situaciones estresantes (Barra, 2004). A pesar que la gran mayoría de las evidencias sobre la influencia del apoyo social provienen de estudios con adultos, también se ha encontrado en adolescentes una relación entre apoyo social percibido y ajuste (Malecki & Demaray, 2003; Musitu & Cava, 2002), así como entre apoyo social y problemas de salud informados, aunque en este último caso las relaciones informadas tienden a ser más bien bajas (Gecková, Van Dijk, Stewart, Groothoff & Post, 2003; Piko, 1998; Torsheim & Wold, 2001). 

Por lo tanto, es importante conocer las estrategias de afrontamiento que han utilizado los adolescentes hijos de padres divorciados, ya que según Papalia, Wendkos y Duskin (2005), la adolescencia es una etapa en la cual pasan por muchos cambios, físicos, cognoscitivos y psicosociales. A la vez se encuentran en una búsqueda de identidad, así como de desarrollo de un sentido de sí mismos. Estos aspectos se forman por medio de las metas, valores y creencias con las que se encuentren comprometidos dichos jóvenes. Es de sumo interés identificar de qué manera los adolescentes pueden sobrellevar la separación de sus padres, y cómo afecta la manera en que afrontan los problemas, su vida personal, social y familiar.

Por ser la adolescencia un período de desarrollo o intensificación de las diferencias sexuales, también ha interesado a los investigadores examinar tales diferencias respecto a los problemas de salud y a los factores relacionados con ellos. Diversos estudios han informado que, en comparación con los hombres, las mujeres adolescentes reportan más quejas somáticas (Baldwin, Harris & Chambliss, 1997; Gecková et al., 2003; Haugland & Wold, 2001), mayor cantidad de eventos estresantes, mayor malestar asociado a dichos eventos y mayor estrés percibido (Galaif, Sussman, Chou & Wills, 2003; Grifitth, Dubow & Ippolito, 2000), así como mayor número de síntomas depresivos (Del Barrio, Mestre, Tur & Samper, 2004; Ge, Conger & Elder, 2001; Marcotte, Fortin, Potvin & Papillon, 2002; Seiffge-Krenke & Stemmler, 2002). 

Debido a la escasez de evidencias existentes en nuestro medio, el presente estudio tuvo como objetivo determinar la relación entre los problemas de salud informados por los adolescentes y los factores señalados, junto con examinar las diferencias de género en las diversas variables estudiadas. En un estudio preliminar con una muestra más pequeña (Barra, Cancino, Lagos, Leal & San Martín, 2005) se encontró que los problemas de salud informados por los adolescentes se relacionaban significativamente con los eventos estresantes experimentados y con el ánimo depresivo, siendo más débil su relación con el apoyo social percibido. En lo referente a las diferencias de género, las mujeres adolescentes informaron una significativa mayor ocurrencia de problemas de salud, mayor impacto de los eventos estresantes y especialmente mayor ánimo depresivo que los hombres.

 Con el fin de tener una visión más amplia de la relación entre los factores señalados y el reporte de problemas de salud en adolescentes, en el presente ensayo además de los eventos estresantes se agregaron dos variables adicionales, depresión percibido y afrontamiento de la depresión. Y se utilizaron nuevos instrumentos para evaluar, a nuestro juicio de mejor forma, las variables ánimo depresivo y apoyo social. 

Las depresiones son más frecuentes en el sexo femenino (2 a 1) y esto ha sido atribuido a transmisión genética, fisiología endocrina y a las desventajas psicológicas del papel femenino en nuestra sociedad. En relación a la edad, aunque la depresión puede ocurrir en todas las etapas cronológicas, la frecuencia aumenta con el transcurso del tiempo. El máximo de frecuencia en las mujeres está entre 30 y 60 años de edad, en los hombres entre 40 y 70 años de edad, la alta frecuencia en la edad madura y en la vejez se atribuye primordialmente a los factores psicosociales propios de esas etapas. No se ha podido establecer una relación clara entre clase social y depresión, ya que los hallazgos de los diferentes estudios son contradictorios. Desde el punto de vista psicosocial parece que los cambios vitales tanto positivos (ejemplo: matrimonio, nacimiento de un hijo, etc.) como los negativos (divorcio, muerte de un pariente cercano, etc.) son importantes como precipitantes. Se ha demostrado un aumento global de estos cambios, en particular de los eventos negativos o indeseables, en el periodo que antecede la aparición de la depresión.

CLASIFICACIÓN. Las clasificaciones actuales dividen las depresiones de acuerdo a su patrón de presentación (episodio único o recurrente, y trastornos persistentes). Posteriormente los subdividen o califican de acuerdo a la intensidad en leves, moderadas, severas (con o sin síntomas psicóticas) 

 

CUADROS CLINICOS. Se sigue en esta sección la clasificación del DSM - IV que es bastante similar a la del CIE -10. 

Episodio depresivo mayor. 

La característica fundamental del episodio depresivo mayor (EDM) es un periodo de por lo menos dos semanas durante las cuales existen ya sea un ánimo deprimido, o la pérdida de interés en todas o casi todas las actividades. Trastornos Depresivos. manifiesta por sentirse triste, desesperanzado, desanimado. La tristeza se manifiesta en la expresión facial. Es generalizada y amenaza al sujeto, quien no puede liberarse de ella, es diferente de la tristeza cómo reacción normal psicológica porque esta última es más limitada e interfiere menos con la vida del sujeto.

 El otro síntoma cardinal es la pérdida del interés en todas o casi todas las actividades, el individuo reporta que nada le importa, que no disfruta las actividades que antes le eran placenteras. En muchos pacientes hay una disminución importante del deseo y disfrute sexual. Debe, además presentar cuatro síntomas adicionales (cuadro I), tales como cambio de apetito, sueño, actividad psicomotora, disminución de energía, sentimientos de minusvalía o culpa, dificultad para pensar, concentrarse o tomar decisiones o pensamientos recurrentes de muerte, ideación, planes o intentos de suicidio. El apetito generalmente está disminuido, pero también puede estar aumentando. Puede haber pérdida o ganancia significativa de peso. El insomnio es muy común, generalmente el paciente se despierta durante la noche y le cuesta volverse a dormir (insomnio intermedio), o se despierta en la madrugada (insomnio terminal). La dificultad para conciliar el sueño (insomnio inicial) también puede ocurrir.

 La hipersomnia es más rara y se manifiesta por prolongación del sueño nocturno o por somnolencia diurna. El paciente agitado no se puede quedar quieto, es retardado tiene movimientos lentos, lenguaje monótono y lento que puede llegar hasta el mutismo. Disminución de la energía con cansancio y fatiga, requiere mucho esfuerzo para tareas pequeñas y la eficiencia esta también disminuida. La autoestima disminuida se manifiesta por una evaluación negativa exagerada del valor propio, de la culpa sobre faltas pasadas aun mínimas. Esto puede ser de carácter delirante como en la depresión psicótica. La concentración es deficiente y al paciente le cuesta tomar decisiones. Se puede presentar lentitud mental. El paciente piensa que sería mejor estar muerto. La 20 ideación suicida puede variar de leve a pasajera a muy recurrente y severa con planes elaborados de suicidio. Los intentos de suicidio y el suicidio son los riesgos más serios de la depresión.

La teoría cognitiva – conductual de la Depresión se centra en la interacción de los procesos cognitivos, conducta, emoción y situación, para entender menor esta relación, citaremos algunos autores que trabajan con esta teoría. La teoría de Autofocalización de Lewinsohn (1985) señala que la depresión es una respuesta a la pérdida o falta de refuerzos positivos, contingente a la conducta. Un refuerzo insuficiente en los principales dominios vitales de una persona conducirá a un estado de ánimo deprimido y a una reducción en el número de conducta, lo cual según Lewinsohn son los fenómenos primarios de la depresión. Lewinshn y colaboradores postulan que los factores ambientales son los responsables primarios de la depresión, aunque habría factores cognitivos que mediarían los efectos del ambiente. La principal variable mediadora sería un aumento de la autoconciencia (es decir, un aumento transitorio y situacional en la Autofocalización o cantidad de atención que una persona dirige hacia sí mismo en lugar de hacia el ambiente), aumento que sería resultado de los esfuerzos infructuosos del sujeto de enfrentarse y resolver los acontecimientos estresantes que le ocurren.

La teoría cognitiva – conductual indica que el sujeto suicida construye y entiende el mundo (cogniciones) de una forma errónea, por lo que la forma de respuesta (conducta) va a ser igualmente errónea. Comprendiendo la forma idiosincrásica en que el sujeto se percibe a sí mismo, el mundo y la experiencia de forma negativa. Los sujetos depresivos tienden a estructurar sus experiencias de un modo bastante primitivo, emiten juicios globales respecto a los acontecimientos que afectan su vida. Sus contenidos de pensamiento tienen una gran probabilidad de ser extremos, negativos, categóricos, absolutistas, etc. La respuesta emocional, por lo tanto, tiende a ser negativa y extrema. Existen muchas teorías al respecto, pero la investigación tomará en cuenta la teoría cognitiva – conductual, donde señala que la depresión se encuentra en estrecha relación con los pensamientos irracionales formando un bucle retroalimentaría.

Frydenberg y Lewis (1997 Pág. 13) afirman que es posible hacer una distinción entre afrontamiento general y especifico, es decir el modo con el que el adolescente encara cualquier situación (general) y una problemática particular (especifico). En sus investigaciones identificó 18 estrategias que a continuación se detallan específicamente.

 a) Concentrarse en resolver el problema: Es una estrategia dirigida a resolver el problema estudiándolo sistemáticamente y analizando los diferentes puntos de vista u opciones. Ejemplo: “Dedicarme a resolver el problema poniendo en juego todas mis capacidades”. 

b) Esforzarse y tener éxito: Es la estrategia que comprende conductas que ponen de manifiesto compromiso, ambición y dedicación. Ejemplo: “Trabajar intensamente”.

 c) Invertir en amigos íntimos: Se refiere al esfuerzo de comprometerse en alguna relación de tipo personal íntimo e implica la búsqueda de relaciones personales íntimas. Ejemplo: “Pasar más tiempo con la persona con quien suelo salir”.

 d) Buscar pertenencia: Indica la preocupación e interés del sujeto por sus relaciones con los demás en general y más concretamente, por lo que los otros piensan. Ejemplo: “Mejorar mi relación con los demás”. 

e) Fijarse en lo positivo: Indica una visión optimista y positiva de la situación presente y una tendencia a ver el lado de las cosas y considerarse afortunado. Ejemplo: “Fijarme en el aspecto positivo de las cosas y pensar en las cosas buenas”. 35 

f) Buscar diversiones relajantes: Se caracteriza por la búsqueda de actividades de ocio y relajantes. Ejemplo: “encontrar una forma de relajarme; por ejemplo oír música, leer un libro, ver televisión, tocar un instrumento musical”. 

g) Distracción física: Se refiere a la dedicación al deporte, al esfuerzo físico y a mantenerse en forma. Ejemplo: “Hago ejercicios físicos para distraerme”.

 h) Buscar apoyo social: Consiste en la inclinación a compartir el problema con otros y buscar apoyo para su resolución. Ejemplo: “Hablar con otros sobre mi problema para que me ayuden a salir adelante”. 

i) Buscar apoyo profesional: Esta estrategia consiste en buscar la opinión de un profesional. Ejemplo “Hablo acerca del problema con personas que tengan más experiencia que yo”. 

j) Acción social: Consiste en dejar que otros conozcan cual es el problema y tratar de conseguir ayuda escribiendo peticiones u organizando actividades como reuniones o grupos. Ejemplo: “Unirme a gente que tiene el mismo problema que yo”. 

k) Buscar apoyo espiritual: Refleja una tendencia a rezar, a emplear la oración y a creer en la ayuda de un líder espiritual o Dios. Ejemplo: “Dejar que Dios se ocupe de mi problema”. 

l) Preocuparse: Se caracteriza por elementos que indican temor por el futuro en términos generales o, más en concreto, preocupación por la felicidad futura. Ejemplo: “Preocuparme por lo que está pasando”. 

m) Hacerse ilusiones: Es la estrategia basada en la esperanza, en la anticipación de una salida positiva y en la expectativa que todo tendrá un final feliz. Ejemplo: “Esperar a que ocurra algo mejor”. 36 

n) Falta de afrontamiento: Refleja la incapacidad del sujeto para enfrentarse al problema y su tendencia a desarrollar síntomas psicosomáticos. Ejemplo: “No tengo forma de afrontar la situación”. 

o) Ignorar el problema: Refleja un esfuerzo consciente por negar el problema o desatenderse de él. Ejemplo: “Saco el problema de mi mente”. 

p) Autoinculparse: Incluye conductas que indican que el sujeto se ve como responsable de los problemas o preocupaciones que tiene. Ejemplo: “Me considero culpable de los problemas que me afectan”.

 q) Reducción de la tensión: Refleja un intento por sentirse mejor y relajar la tensión. Ejemplo: “Intento sentirme mejor debiendo alcohol, fumando o tomando drogas”.

Las funciones del afrontamiento tienen que ver con el objetivo buscado en cada una de las estrategias utilizadas, es decir, el resultado de afrontamiento está dirigido al efecto que cada estrategia tiene en función de superar la situación desbordante. Entonces el afrontamiento lleva en sí, a la adaptación a partir de la interacción con la situación y la capacidad del sujeto para responder a las diferentes demandas que implica el ambiente de interrelación, enfocadas a solucionar la situación; al contrario, a evitar o escapar.

Según el estudio publicado en la revista Scientific Reports, este fármaco afecta a dos partes del cerebro: la amígdala, que está muy involucrada en cómo procesamos emociones como el miedo y la ansiedad, y a la red neuronal por defecto (RND), que es un conjunto de regiones cerebrales que colaboran entre sí y que tienen que ver con gran parte de la actividad desarrollada mientras la mente está en reposo. Aunque todavía se desconoce cómo afecta exactamente la psilocibina al cerebro, Carhart-Harris cree que "enciende" la mente y la hace salir de su rigidez, permitiéndole a las personas salir de patrones de pensamiento arraigados y autodestructivos. Con el apoyo de un terapeuta, quienes hacen el tratamiento puedes después "recalibrarse de una manera más saludable, así que revisas tus creencias, asunciones y adicciones", dice el especialista.

Las sustancias psicodélicas han sido usadas por pueblos aborígenes durante miles de años, pero investigadores occidentales empezaron a profundizar en sus propiedades y potenciales usos recién a mediados del siglo pasado. Esas investigaciones se detuvieron, sin embargo, cuando estas sustancias se convirtieron rápidamente en símbolos del movimiento de contracultura y antisistema de la década de los 1960 y fueron prohibidas.

Pero en los últimos 20 años, la persistencia de algunos investigadores, junto a una crisis de salud mental y un cambio en la opinión pública con una mayor tolerancia hacia drogas como el cannabis -cuyo uso recreativo Canadá legalizó en 2018-, allanaron el camino para el resurgimiento de las sustancias psicodélicas. "Ahora hay más personas dispuestas a privilegiar los hechos más que el peso político", afirmó Rotem Petranker, director asociado del Programa de Investigación de Estudios Psicodélicos de la Universidad de Toronto, que analiza los efectos de microdosis de estas sustancias sobre el estado de ánimo y la creatividad.

Los investigadores estudian asimismo los posibles beneficios de estas sustancias para tratar la depresión, la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático (TEPT), las adicciones y la anorexia.Los ensayos clínicos más avanzados se centran en el uso de psilocibina para la depresión severa o resistente al tratamiento y el MDMA para el trastorno de estrés postraumático.Algunos de los estudios arrojan resultados prometedores.

Un ensayo clínico reciente realizado por la Universidad Johns Hopkins (Baltimore, EEUU), que acaba de abrir un centro de investigación dedicado a los psicodélicos, mostró que dos dosis de psilocibina, acompañadas de psicoterapia, producían efectos "grandes, rápidos y sostenidos" en pacientes con depresión grave. El 71% de los 24 participantes mostró una reducción de más de la mitad de sus síntomas tras cuatro semanas, mientras que el 50% entró en remisión, reveló el estudio. Otro estudio a pequeña escala que involucró a 59 participantes, realizado por el Centro de Investigación Psicodélica del Imperial College de Londres, mostró que la psilocibina es "al menos tan efectiva" como los antidepresivos convencionales, según dijo esta semana el equipo de investigación, aunque matizó que se requieren ensayos más amplios.

Las sustancias psicodélicas tienen baja toxicidad y generalmente no son adictivas, pero pueden causar paranoia y ataques de ansiedad, especialmente en dosis elevadas. Los investigadores aún no están seguros de la naturaleza adictiva del MDMA, un derivado de las anfetaminas. En usos terapéuticos, las dosis se preparan en laboratorios y la experiencia es supervisada, por lo cual "los riesgos son limitados", indicó Lehmann. Las sustancias hacen que los pacientes sean más sensibles a sus emociones y les permiten examinar sus pensamientos desde una nueva perspectiva.

En todo el mundo existe una gran distribución de plantas, hongos y animales que contienen sustancias con efectos psicoactivos que generan modificaciones en la percepción: visiones, agudeza auditiva y olfativa, que pueden ir acompañadas de estados emotivos que hacen que el individuo tenga una sensación de iluminación o que se encuentra en el proceso de trascendencia. La gran mayoría de este tipo de plantas se han conceptualizado como “alucinógenos” conocidas también como “psiquedelicos” -reveladores de la mente- o como “enteógenos” -que revelan la divinidad que está en ti -(Samorini,2001)

En todo el mundo existe una gran distribución de plantas, hongos y animales que contienen sustancias con efectos psicoactivos que generan modificaciones en la percepción: visiones, agudeza auditiva y olfativa, que pueden ir acompañadas de estados emotivos que hacen que el individuo tenga una sensación de iluminación o que se encuentra en el proceso de trascendencia. La gran mayoría de este tipo de plantas se han conceptualizado como “alucinógenos” conocidas también como “psiquedelicos” -reveladores de la mente- o como “enteógenos” -que revelan la divinidad que está en ti -(Samorini,2001)

Recientemente han sido publicados estudios que abordan la eficacia del uso de psicodélicos clásicos como la psilocibina, mezcalina así como LSD, los que dan cuenta que suministrando pequeñas cantidades pueden mejorar la salud mental y la creatividad de quienes los consumen (Anderson et al, 2018) Los estudios de neuroimagen sugieren los mecanismos neurobiológicos de los psicodélicos clásicos, ampliando nuestra comprensión de cómo funciona nuestro cerebro, el sistema serotoninérgico, así como da cuenta de las bases neurobiológicas de la conciencia. La conexión existente entre las plantas sagradas y la salud mental se da mediante los estudios clínicos sobre las funciones de la red cerebral, la psicofarmacología, estudios epidemiológicos, la terapéutica con psicodélicos y las experiencias místicas. 

La ayahuasca es una preparación psicoactiva a base de plantas cuya combinación tiene un efecto enteogénico. Entre sus ingredientes principales encontramos a la Banisteriopsis caapi, rica en β-carbolinas, especialmente harmina, tetrahidroharmina (THH) y harmalina, que se mezcla en una cocción a fuego lento con Psychotria viridis, arbusto rico en dimetiltriptamina (DMT), que es un agonista de los receptores de serotonina 2A, 2C/1A con efectos alucinógenos y glutamatérgicos. Como se sabe, las β-carbolinas funcionan como inhibidores reversibles de la enzima monoaminoxidasa A (MAO-A), involucrada en la inhibición del metabolismo de la DMT, facilitando así su llegada al sistema nervioso central (Dos Santos, 2011).

En conclusión, es importante abordar estrategias de apoyo con el fin de mejorar la salud mental y también se debe tomar en cuenta las diversas formas de intervención como el uso de estrategias como el uso de plantas o el método de asistir a los procesos de psicoterapia. En fin es importante cuidar la salud mental de los adolescentes.

REFERENCIAS: 

Benito de la Iglesia, A., Aparicio García, M., & Briones, A. (2000). Síntomas de depresión en los adolescentes, estrategias de solución de problemas y educación para la salud comunitaria. Revista De Psicopatología Y Psicología Clínica, 5(1), 1–11. https://doi.org/10.5944/rppc.vol.5.num.1.2000.3884

Palhano-Fontes, F., Barreto, D., Onias, H., Andrade, K. C., Novaes, M. M., Pessoa, J. A., … & Tófoli, L. F. (2019). Rapid antidepressant effects of the psychedelic ayahuasca in treatment-resistant depression: a randomized placebo-controlled trial. Psychological medicine, 49(4), 655-663.

Santos, R. G. D., Sanches, R. F., Osório, F. D. L., & Hallak, J. E. (2018). Long-term effects of ayahuasca in patients with recurrent depression: a 5-year qualitative follow-up. Archives of Clinical Psychiatry (São Paulo), 45(1), 22-24.

Harris, R. (2017). Listening to ayahuasca: New hope for depression, addiction, PTSD, and anxiety. New World Library.

Reiche, S., Hermle, L., Gutwinski, S., Jungaberle, H., Gasser, P., & Majić, T. (2018). Serotonergic hallucinogens in the treatment of anxiety and depression in patients suffering from a life-threatening disease: a systematic review. Progress in neuro-psychopharmacology and biological psychiatry, 81, 1-10.

Anderson T, Petrankerz R, Rosenbaum D, Weissman C, Williams A, Huis, K, Hapkes E, (2018). Microdosing psychedelics:personality, mental health and creativity, differences in microdosers. Journal of Psychopharmacology. 

Barone W. Beck j & Mitsunaga-Whitten. (2019). Perceived benefits of MDMA – Assiste psychotherapy beyond symptom reduction: qualittaive follow -uo study of a clinical trial for individual with treatment- resistan PTSD. Journal of Psychoactive Drugs. 2019 March 8. Doi:10.1080/02791072.2019.1580805



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