¿La realidad como una representación mental?
Desde los comienzos el ser humano se ha cuestionado acerca de la realidad y en los inicios como un intento de justificar o dar significado a una realidad presentada de forma irracional se acudió al mito del griego, mythos, que significa fabula, leyenda. Partiendo de esta premisa, la realidad para el hombre de la antigüedad era comprendida mediante el mito y se referia a la concepción del universo, a la creación no solo del mundo y del ser humano sino también de la vida animal y vegetal. Es por ello que Spencer (1820-1903), citado por Cassirer, señala que el mito es una objetividad de la experiencia social del hombre.
Los filósofos griegos fueron aquellos cultivadores del pensamiento racional por lo que la concepción de mito fue fuertemente atacada, se puede plantear que Platón recoge las ideas de su maestro Sócrates y formula el problema de la verdad. Es a partir de esta modificación del paradigma mítico que surge un nuevo pensamiento mas estructurado para entender la concepción de lo real. Durante el renacimiento aún se creía en una belleza absoluta y en una verdad absoluta, pero fue con la aparición de los teóricos como Maquiavelo (1469-1517) quien fue historiador y político, el cual plantea el uso de la razón aplicable al hombre como a la naturaleza. Es durante el periodo moderno cuando algunos filósofos logran separar en su totalidad entre pensamiento y realidad. En esta época figuras como Descartes (1596-1650), por ejemplo, fragmenta lo existente entre entes pensantes y entes extensos. El ser humano es definido como “cosa pensante” por lo tanto es un ser existente, afirma descartes “yo no soy, pues, hablando con precisión, más que una cosa que piensa” (Meditaciones Metafísicas, Segunda Meditación).
Para
la estructuración de una realidad es importe señalar cinco elementos
fundamentales como lo son la conciencia, el mundo intersubjetivo, la
temporalidad, la interacción social y el lenguaje. El lenguaje juega un rol
importante dentro de la integración de la realidad cotidiana. A partir de lo
mencionado se puede afirmar que, desde antaño hasta nuestros tiempos, diversas líneas
filosóficas han intentado responder a que si existe o no una realidad fuera de
nuestras mentes. Además de que películas como "Matrix" o "Abre
los ojos" de Alejandro Amenábar, son muestras perfectas de aquella intriga
existente en los seres humanos de hoy.
Alguna de las cuestiones planteadas desde el punto de vista epistemológico es con respecta a que si en una primera instancia ¿Se corresponde la realidad con la representación mental que el hombre tiene? ¿O el mundo psíquico es un producto inventado por la mente humana?, cuando dudamos de que si esto lo que percibimos es real o una simulación entonces, ¿Es fiable y válida la información que los órganos sensoriales captan? ¿O nos engañan nuestros sentidos?, en tal caso de que si todo lo que percibimos como realidad es solo un invento de nuestra mente ¿Cómo llegamos a tener conciencia de la existencia de un espacio poblado de objetos y sujetos (mundo)? Como un intento por responder a estas cuestiones epistemológicas de la realidad algunas corrientes filosóficas han querido resolver el problema de la realidad.
El
Realismo metafísico sostiene la afirmación de que la realidad, el espacio
contenedor y los objetos o cosas contenidas, existen fuera e independientemente
del sujeto que las percibe. Y que el conocimiento que obtenemos o adquirimos a
través de los sentidos (empíricamente) nos proporciona una imagen verdadera,
real, del mundo. Bajo este presupuesto la realidad existe fuera y de manera
independiente a nosotros. Entre los filósofos, existen varios grados de
aceptación del realismo, tales como el realismo radical o ingenuo que llega a
confundir la realidad con la representación mental de ésta. O también, el
realismo moderado, que admite que la representación mental del mundo (realidad)
no coincide, exactamente, con la realidad física, pero existe una correspondencia
aceptable entre ambos. (Vidal, 2013). A medida que vamos profundizando en el tema vemos que es
complejo entender el concepto de realidad debido a que al dar una interpretación
de lo que percibimos la realidad se vuelve subjetiva a tal punto de que cada individuo
percibe una realidad diferente.
En
contraposición a lo anteriormente mencionado está el Idealismo metafísico el
cual niega la existencia de la realidad. Pues considera que todo lo que
llamamos "real" depende, exclusivamente de nuestra conciencia, de
nuestras ideas. El idealismo sostiene que las ideas, la representación mental
del mundo o realidad, es anterior a la materia al mundo. Que el mundo psíquico
(la conciencia) es una construcción mental o idealizada. Que las ideas preceden
a las cosas u objetos (materia). Entonces, el hecho de que hablamos de lo real nos
referimos a aquellas ideas y representaciones mentales que influyen en la construcción
de la realidad, pues todo lo que consideramos real es nada mas que los
constructos mentales representados de una forma material (Peter L. Berger & Thomas, 1976).
El
Escepticismo sostiene la tesis de que no podemos estar seguros de que la
realidad exista o no exista. Niega la posibilidad de conocer la realidad con
certeza absoluta. Según esta postura filosófica no hay ningún conocimiento
firme, ni puede haber una opción completamente segura de la existencia de la
realidad. En contraposición a esto está el dogmatisismo el cual admite la
posibilidad de conocer la verdad con una confianza absoluta, mientras que, agnosticismo
defiende la relatividad del conocimiento para el pensamiento humano. El
panteísmo afirma que cuando existe es parte de una substancia, de un solo ser,
que es Dios. El solipsismo mantiene la creencia de que no puede existir ningún
mundo, independiente del sujeto. Vendría a ser un idealismo extremo o radical.
Dentro
de la corriente filosófica del constructivismo se plantea que el saber sobre el
mundo, es decir, que el conocimiento de la realidad es construido, por el ser
humano, ordenado, de la mejor manera posible, el flujo de experiencias, que
proporciona la interacción con la realidad, en hechos repetibles, en
regularidades. Bajo estas ideas, el ser humano es creador activo de su realidad
en base a sus experiencias y el contacto con lo exterior, es esta interacción la
que proporciona al individual una interpretación de la realidad teniendo en
cuanta que es él quien crea su realidad.
En
cuanto a la Fenomenología evita el problema, ya que dice que no le interesa
saber si la realidad existe o no existe. Puramente se abstiene de emitir
cualquier juicio sobre la existencia del mundo, afirmativo, negativo o
dubitativo. Husserl sugiere que las afirmaciones sobre los objetos del mundo
exterior se pueden traducir a afirmaciones sobre la posibilidad de la propia
experiencia. Distingue entre fenómenos (lo que nos aparece en la mente, la
experiencia sensorial) y noómenos (lo que ocurre en el mundo real o realidad).
A la fenomenología le interesan los fenómenos, no los noómenos.
Estas diversas corrientes filosóficas han planteado argumentos sólidos con las que definen su postura de la realidad y con también argumentos con las que se critican, pero bajo este intento ninguno a logrado resolver el problema de la realidad. Ahora bien, de acuerdo a Sigmund Freud, autor del psicoanálisis, qué es más real para una persona ¿la realidad física o la realidad psíquica? Este psiquiatra para explicar la realidad plantea un ejemplo de una de sus pacientes, una mujer que padece un delirio de celopatía, que quiere decir, que estaba convencida de que su marido la engañaba y actuaba, en consecuencia, recomendándole su infidelidad. En realidad, su esposo jamás la había engañado. Entonces Sigmund llegó a la conclusión de que aquella mujer estaba actuando y comportándose, no de acuerdo con la realidad externa, sino de acuerdo con su realidad psíquica. En otras palabras, estaba convencida de que su realidad interna era la verdadera y auténtica realidad. Claro está que, el sur humano no percibe la realidad en una totalidad, efectivamente, los seres humanos no vemos la realidad, sino que solo una representación de lo que creemos por realidad.
Desde
el punto de vista biológico los rayos de luz, ingresan al interior de las
pupilas, estas son enfocados por la córnea y el cristalino, a continuación, se
forma una imagen invertida en la retina. Luego, unas células especializadas
transforman la imagen en impulsos nerviosos, que a la vez son impulsos eléctricos.
De esta manera los impulsos nerviosos llegan a la corteza cerebral en forma de informaciones
diversas y es el cerebro quien asocia las informaciones, que ala vez necesita
de otras percepciones subjetivas, emocionales de manera que construye una
imagen final. Entonces esto nos hace pensar e que lo que vemos no está ahí sino
que en nuestro cerebro (Vilatuña Correa et al., 2012).
Percepción visual |
Es
evidente que se debe de identificar el mundo percibido (interno o psíquico) y
no confundir con el mundo físico. Cada
ser humano tiene una experiencia subjetiva (personal) con el mundo físico, lo
que le conduce a una cosmovisión, es decir, a tener una concepción del mundo o
una teoría implícita de él, que no siempre es capaz de verbalizar (explicitar).
Bajo
estas reflexiones, finalmente, como medio para acceder a la realidad queda pues
reducido a utilizar nuestras vías sensoriales para que, a través de una ventana
cognoscitiva, podamos percibir esa realidad física, y para terminar elaborando
una representación de dicha realidad expresada en términos de señales
electroquímicas codificadas. Por lo que la realidad, es para cada ser humano,
ni más ni menos que una serie de señales bioeléctricas que contienen
información codificada sobre el mundo exterior. Al procesar esas señales,
previamente captadas por el hardware fisiológico, mediante nuestro aparato
psíquico (software: sistema operativo y programas), al interpretar estas
señales bioeléctricas, inferimos que existe un mundo externo al yo. Pero nadie
puede asegurar la certeza absoluta de esta inferencia. Y, en consecuencia, cada
persona solo tiene constancia de su subjetividad. Y cuando el ser humano
constata un alto grado de consenso en las subjetividades de otros seres
humanos, otorga a este conocimiento la categoría de objetividad. Llegando a ser
la realidad una construcción individual y social pero entendiendo esta realidad
como la interpretación de nuestro cerebro.
BIBLIOGRAFÍA
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